Hoy me entero de que en breve la gestión y asignación de los números del ISBN en España se privatizará. Hasta ahora, esta tarea la desempeñaba de forma gratuita la Agencia Española del ISBN , dependiente del Ministerio de Cultura... a partir de ahora, el Estado español delegará esta competencia en la Federación de Gremios de Editores de España. Y si os he de ser sincero, no es una decisión que me sorprenda especialmente, e incluso me sorprende de que el Estado no la hubiera tomado antes. Si nos detenemos un poco a pensar, el Estado ya había delegado en manos privadas funciones que le eran propias, o que incluso había o tendría que asumir... y todo el mundo las ha considerado normales. ¿Ejemplos? Bueno, tenemos uno muy claro: el visado de los proyectos de arquitectura y construcción. El control de la calidad de las obras era un ejercicio del estado, y que éste había delegado en unos colegios profesionales enriquecidos durante años... ahora parece que esto desaparece. ¿Más? Las autopistas de peaje: al estado le construyen unas infraestructuras necesarias, a cambio, claro, de una concesión en forma de peaje y que los catalanes estamos muy acostumbrados a pagar. Seguro que encontraríamos más ejemplos...
Por otra parte, el ISBN nació como un código de identificación comercial para facilitar la venta de libros y ayudar a identificarlos mejor, y por lo tanto, tenía y tiene una finalidad pura y estrictamente comercial. Que la comunidad bibliotecaria lo haya adoptado como código identificativo y documental ya es harina de otro costal. En este sentido, quizá sorprendía que el Estado ejerciera una función y una tarea gratuita sobre un producto económico y comercial, y que no sacara ningún provecho. E incluso que quizá el propio sector no hubiera actuado antes reclamando una gestión que le correspondía.
Porque ahora lo que importará, pienso, será si esta privatización supondrá una mejor gestión, eficiencia y eficacia en la asignación de ISBN. Y también en solucionar otros problemas no demasiado menores: asignación indiscriminada de números a materiales que no deberían tener, duplicidades, etc... Además, francamente, no es ni será algo que me quite el sueño, y mucho menos hoy en día, teniendo al alcance como tengo tantas herramientas de publicación absolutamente gratuitas y sin filtros, digamos oficiales. Y en mi práctica profesional no creo que tenga que afectar demasiado: continuaré poniendo los números en la 020 sin preocuparme demasiado de quien los gestiona. Y felicidades a la Federación, por los ingresos que a partir de ahora recibirá, y que espero los reinviertan en el sector.
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