28 de setembre 2008

Preguntas ante el vacío

Me repetiré, haré de abuelo cebolleta, pondré un poco del dedo en la llaga, pero tenemos clara cuál es la filosofía del proyecto de cualquier biblioteca? Da igual, si... biblioteca pública, especializada, universitaria... ¿Hay un vacío en este sentido? ¿Y este vacío, lo tenemos sólo los bibliotecarios o también es extensivo a los usuarios? ¿Es sólo una percepción o incluso es una realidad? Preguntas, preguntas y más preguntas, y muy pocas respuestas claras, precisas y concisas.

Bueno, y aparte de un hueco en la biblioteca ... también hay un hueco en los bibliotecarios. Ya oigo toda la caballería encima mío... Todavía estamos en un proceso de redefinición de nuestra profesión: ¿Qué hacemos? ¿Qué debemos hacer? ¿Cómo lo hacemos? ¿Dónde lo hacemos? ¿Lo hacemos bien? ¿Qué hacemos en nuestras bibliotecas? ¿Cómo queremos que sean las bibliotecas donde trabajamos? ¿Qué servicios ofrecemos? ¿Cómo los ofrecemos?… ufff… me canso. Tal vez la transversalidad de nuestra profesión ha provocado que seamos más permeables a los cambios sociales, económicos, culturales que estamos experimentando. Desde siempre hemos sido una profesión muy adaptable, con capacidad de ser flexible ante los cambios, y lo hemos demostrado siempre. ¿Pero quizá los cambios actuales nos estén superando? ¿Vamos a diferentes velocidades?

¿Qué tareas debemos desarrollar? ¿Qué hemos de acoger en nuestras bibliotecas? ¿Y qué debemos hacer nosotros, que trabajamos? ¿Continúa vigente el paradigma de hace 10 o 20 años? La catalogación, el sancta sanctorum de la biblioteconomía, debe seguir siendo el centro de todo, el centro de nuestro sistema solar? Definitivamente no. Y aquí (no en la catalogación en sí, sino en lo que significa) debemos detenernos: las nuevas generaciones vamos empujando fuerte, hay cambio generacional, vamos incorporando nuevas maneras de hacer, nuevas formas de concebir y pensar nuestra profesión y el papel que jugamos en la sociedad actual ... pero quizás todavía hay ciertos sectores dentro de nuestro colectivo reaccionarios, y reticentes al cambio. Y desgraciadamente estos sectores, en buena medida, ocupan todavía posiciones de poder. Hay un freno, que ayuda a aumentar este vacío, esta percepción del vacío: estos sectores tiran de la cuerda en el sentido contrario al que estamos estirando las nuevas generaciones. ¡Qué cansancio!

Todo ello hace que no tengamos definiciones claras y concisas del proyecto de biblioteca que queremos... ¿y tampoco del proyecto de biblioteca que queremos? Genís Roca nos dio algunas pistas sobre nuestro futuro, ¿y también sobre nuestra biblioteca? Las funciones clásicas y tradicionales han perdido peso e importancia en nuestro día a día.


Fuente: http://blocs.mesvilaweb.cat/node/view/id/70162 [Consulta: 28 de septiembre de 2008]

Pero en fin... también hay puntos positivos, por supuesto: tenemos unos sistemas de bibliotecas de primer orden, líderes en muchos aspectos y que son modelos a seguir para otros lugares. Se han invertido millones, se han construido edificios modernos y equipados de forma excelente. Y todo ello debe valorarse positivamente ... Pero, ahora faltamos nosotros.

Personalmente, a veces tengo la sensación de que las bibliotecas (de cualquier tipología) son una especie de cajón de sastre capaz de acoger cualquier cosa, todo vale, todo es posible en la biblioteca. Y los bibliotecarios, sin duda, somos unos profesionales excelentes y que hemos sabido dar salida a todo lo que se nos ha ido pidiendo desde las instancias de poder. Sin duda, nos merecemos todas las medallas, como el Màgic Andreu. Nos hemos sabido adaptar a todos los cambios tecnológicos y sociales de los últimos 10 o 20 años. ¿Pero queremos, o podemos, seguir acogiendo infinidad de servicios y funciones? ¿Podemos, tenemos la capacidad suficiente para ser un cajón de sastre sin fondo? ¿O es mejor centrarse en unas pocas actividades esenciales y prioritarias, y centrar todo nuestro esfuerzo en ellas?

Bueno, y sin duda ya somos un cajón de sastre de calidad y eficiencia. Damos garantías en este sentido, y se nos valora. Pero si nos centramos, si tenemos claras sólo unas pocas funciones de primerísimo orden, ¿esta calidad y eficiencia no aumentarían?

Para pensar ... ¿Sueñan los androides con bibliotecas?

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