La identidad de los bibliotecarios también es líquida, difundida, flexible, expansiva y sin unos límites claros y precisos. Bibliotecarios líquidos en tiempo de identidad líquida y llena de incertidumbres, en todos los niveles.
Somos líquidos, de hecho hace tiempo que quizá ya lo somos, pero paradójicamente esta identidad nos sitúa en una posición de ventaja frente a otras profesiones más sólidas y con unos límites más precisos.
Sabemos, sabremos, hacer de este estado líquido una ventaja competitiva?
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[...] Los bibliotecarios ya hace tiempo que tenemos una identidad líquida, poco definida y en constante evolución. Ahora es el turno del edificio, que debe adoptar este estado de liquidez permanente que le permita colonizar y estar presente de manera efeciente en las calles, en las plazas de nuestras ciudades, en el corazón real del espacio público colectivo, para ser de manera efectiva espacio público, y no simplemente un espacio de transición. Que no es poco, pero que hay que superar. [...]
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